Historia

Enrique Amatore

Con solo 17 años, Enrique Amatore comenzó con el diseño y la fabricación de calzado.


Se crió en un medio totalmente artesanal. Su padre pasaba horas trabajando en su taller de adornos de navidad de vidrio soplado, hasta que, en 1968, incursionó en un nuevo negocio e inauguró una zapatería en una conocida e icónica galería de Belgrano.
Enrique dio sus primeros pasos trabajando como cadete; su entusiasmo e interés por la producción, el diseño y la moda lo llevaron a aprender cada día más y a descubrir cada uno de los secretos del fascinante mundo del calzado.
Al año siguiente, ya como encargado del local, empezó a ocuparse de las compras y las ventas, lo cual le permitió ahondar sus conocimientos en la creación de nuevos modelos. Un tiempo después, ya con todas las herramientas y las habilidades necesarias, se ocuparía de crear los diseños para proponer a los proveedores para su posterior fabricación.

En 1973, abrió su primera fábrica propia de calzados para abocarse de lleno a esta labor, tarea que continúa desempeñando hasta el día de hoy.
Con el correr de los años y según lo que el mercado determinaba, inauguró locales en diferentes puntos. Uno en la ciudad de Carlos Paz y cinco en diferentes zonas en la ciudad de Buenos Aires: tres en el barrio de Belgrano y dos en la zona de Recoleta.
Asimismo, vendió su mercadería al por mayor a zapaterías de todo el país, en provincias como Salta, Mendoza, Córdoba, Neuquén, Tucumán, Entre Ríos, Santa Fe.
También en la provincia de Buenos Aires, en distintas localidades: Rauch, Azul, Pehuajó, Pergamino, Chivilcoy, Bahía Blanca, Tandil, Chascomús, Junín y Cañuelas.
Actualmente, sus clientas visitan los locales con frecuencia; siempre destacan la calidad, la comodidad y el buen gusto. Es común que algunas de ellas aún usen modelos de hace una o dos décadas, ya que no solo la comodidad del producto hace que quieran usarlo una y otra vez, sino que además se sienten a gusto con modelos clásicos, que nunca pasan de moda.

Desde hace casi medio siglo y hasta el día de hoy, Amatore trabaja con la misma pasión por el desarrollo, para que las mujeres disfruten de sentirse cómodas y a la moda con los más exclusivos diseños.

Enrique Amatore